2.2.2. Congruencia de los programas con las funciones sustantivas
Los programas presupuestarios deben ser congruentes con los programas o cualquier otra estructuración en que se formule el plan institucional, con el fin de facilitar la necesaria vinculación y no deben, necesariamente, responder a la estructura organizacional de la entidad, sino más bien a las funciones sustantivas que ella efectúa para cumplir su misión y visión y que obedecen a la razón de ser de la entidad. En ese sentido, los criterios que deben prevalecer para la definición de la estructura programática están relacionados con los propósitos de la existencia de la institución (visión y misión) y con servicios o productos que demanda de ella la comunidad en general, constituyéndose así cada programa en una unidad productiva por excelencia cuyo producto debe quedar claramente definido con características de homogeneidad y ser cuantificable.
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Es importante considerar que...
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... como excepción a las características propias de un programa descritas en el párrafo anterior, se ha aceptado en muchos países, entre ellos Costa Rica, la apertura de programas denominados “administrativos” o “de apoyo”. Esto con el fin de agrupar las asignaciones de gastos necesarias para ejecutar las funciones de dirección y administración de toda entidad, las cuales, no obstante no generan productos finales dirigidos a la sociedad, si derivan productos intermedios necesarios para la producción final. A manera de ejemplo de las actividades que se financian con recursos presupuestados en estos programas, están las realizadas por los jerarcas y la gerencia, y las que corresponden a las unidades de auditoría interna, potencial humano, contabilidad, tesorería, entre otros. En estos casos, es importante hacer un esfuerzo para lograr una cuantificación de los productos que se obtiene de su gestión, para poder evaluar de alguna forma, la eficiencia y eficacia de su producción.
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El presupuesto por programas presta particular atención a los resultados que la institución brinda a la sociedad, más que a los bienes y servicios que adquiere, aspecto que lo diferencia sustancialmente del presupuesto tradicional.